La primera publicación de este blog ocurrió el primero de enero del año dos mil nueve y constó de solo un par de lineas declarando que quería escribir, y que este blog sería parte del esfuerzo de hacerlo más 'seriamente'. No me imaginaba que pasando los años la escritura sería para mi algo tan importante como lo es en este momento, pero ese no es el punto. El hecho es que hasta la fecha aquí hay más de doscientos cincuenta textos, y en mi computador tengo sesenta y dos más, sin contar las decenas de textos que perdí cuando murió mi computador Acer y las más decenas de escritos que tengo en cuadernos y libretas, o los ensayos que he hecho directamente en un mail. En pocas palabras tengo muchisimos textos, y afortunadamente no tengo problemas para tomar una idea y empezar a desarrollarla. Pero el problema ahora es completamente contrario a lo que me ocurría al principio: antes se me ocurrían ideas, pero no sabía como desarrollarlas, las palabras se quedaban pegadas y amontonadas entre mis dedos; ahora, teniendo una idea, puedo escribir y escribir y seguir escribiendo sin drama alguno, como si mis dedos fueran llaves abiertas que dejan fluir palabras sin inconveniente alguno, pero es la idea, el tema, el que no aparece concretamente.
Luego de pensar un poco sobre esta situación he llegado a la conclusión de que es por este mismo blog que ocurre esto. El dos mil nueve y dos mil diez, cuando publicaba en este lugar, lo hacía intentando desahogar ideas y 'confesarme', de alguna forma, de pensamientos que no compartía usualmente (cosa que aún no hago). Pero ahora, en el año dos mil once, ¿cuál es la finalidad? ¿será publicar los cuentos que me he dedicado a escribir, o será nuevamente vaciar mi alma en un sitio donde gozo de cierto 'anonimato' sin limites?
Está más que claro que en el enorme espacio de tiempo que hubo entre el último texto publicado el año pasado y el publicado solo unos días atrás a ocurrido mucho. Soy una persona diferente, con bastantes ideas diferentes y con muchas cosas aún por haber y hacer , así que supongo que la mejor opción por ahora es escribir lo que se me ocurra, desde un cuento a la letra de una canción propia, desde algo que se escribiría en un diario de vida hasta un ensayo provocado por el párrafo de algún libro, da igual. Lo importante aquí es y siempre ha sido escribir. No veo porque debería cambiar esa idea.